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EL VALOR DE LA HISTORIA

En un mundo cada vez más polarizado y superficial, dedicar tiempo y esfuerzo tanto a aprender como a enseñar historia de manera correcta y rigurosa es un auténtico acto de rebeldía.

En mis recorridos guiados, así como en mi labor de divulgación en redes sociales, no me limito a describir los monumentos de Cádiz ni a sugerir buenos sitios donde comer, aspectos que a menudo se consideran el núcleo del trabajo de un guía turístico. Mi objetivo va más allá: busco transmitir la historia de nuestra ciudad, con más de tres mil años, y provocar una reflexión sobre nuestro pasado. Al comprender lo que nos precedió, los visitantes pueden entender mejor el presente y afrontar el futuro con mayor perspectiva, apreciando la riqueza cultural e histórica que nos rodea.

Además de hablar de Cádiz, doy a conocer la historia de España y también la del mundo, ya que esto nos ayuda a reflexionar, entender y aprender sobre lo que somos hoy en día. Me gusta que la gente conozca acerca de sucesos, personajes y episodios que, por lo general, son poco conocidos. Aquí hago mención a aspectos como la esclavitud y su olvido intencionado, falsos mitos de época romana, el importante e imprescindible papel de la mujer, la huella del islam durante ocho siglos en la península ibérica o el valioso legado español en América que la leyenda negra trata de borrar.

Todos tenemos la responsabilidad de aprender historia, independientemente de nuestra profesión o rango social. No debe ser algo exclusivo para un grupo de personas, sino una necesidad fundamental. Una población que desconoce su pasado desconoce quién es en realidad, y eso es sumamente peligroso, pues vive sin identidad y tiende, como decía al comienzo, a formar parte de esa sociedad manipulada.

Aprender historia es vital para preservar nuestro pasado e imprescindible para avanzar como sociedad.

Jesús Carrillo

THE VALUE OF HISTORY

In an increasingly polarized and superficial world, dedicating time and effort to learning and teaching history in a correct and rigorous way is a true act of rebellion.

In my guided tours, as well as in my work as a content creator on social media, I don't limit myself to describing Cádiz's monuments or recommending good places to eat—things often considered the core of a tour guide's work. My goal goes further: I aim to convey the history of our city, with more than three thousand years behind it, and to inspire reflection on our past. By understanding what came before us, visitors can better grasp the present and face the future with greater perspective, appreciating the cultural and historical richness that surrounds us.

Beyond talking about Cádiz, I also share the history of Spain and of the world, as this helps us reflect, understand, and learn about who we are today. I like people to learn about events, figures, and episodes that are generally not well known. Here I refer to subjects such as slavery and its intentional erasure, the important and indispensable role of women, debunk Roman-era myths, the impact of Islam over eight centuries on the Iberian Peninsula, or the valuable Spanish legacy in the Americas that the Black Legend seeks to erase.

We all have the responsibility to learn history, regardless of our profession or social status. It should not be something reserved for a select group of people, but a fundamental necessity. A population that does not know its past does not know who it really is, and that is extremely dangerous, for it lives without identity and tends, as I said at the beginning, to become part of that manipulated society we inhabit.

Learning history is vital for preserving our past and essential for moving forward as a society.

Jesús Carrillo